MÓDULO 3 - Tarea final: REFLEXIÓN HIGIENE FEMENINA

 

Para empezar a desarrolar esta reflexión me gustaría comentar que en nuestro centro hemos dejado de utilitzar la expresión higiene femenina por higiene menstrual ya que tenemos el caso de un niño trans que menstrúa.

Es la primera vez que me planteo si la pobreza menstrual puede llegar a afectar al fracaso escolar. Hasta ahora, en distintos centros es que la menstruación, según la cultura, sí que puede afectar al fracaso escolar, donde hemos comprobado que parte del alumnado tiene más faltas de asistencia en momentos de menstruación que otro. Eso provoca que durante tres, cuatro o cinco días falten a clase por este motivo de forma regular cada mes. A partir de esta tarea, me he dado cuenta que esas culturas coinciden con ser las que menos recursos económicos tienen, por lo tanto, creo que es un conjunto de cultura (en todos sus sentidos) y económica.

He tenido la suerte de poder trabajar la higiene menstrual en los distintos centros de forma explícita, con el material necesario; enseñando, manipulando y analizando distintos materiales. Desde salva slips, compresas, tampones, copas menstruales, compresas lavables y bragas menstruales. Incluso dando visibilidad al sangrado libre. En ningú caso es fomentar un material u otro, sino dar a conocer las distintas posibilidades y dar los conocimientos al alumnado para que tenga la libertad de elegir el mejor método. 

Sí que se hace una reflexión del impacto ambiental que supone a lo largo de la vida menstrual de una persona, el material de higiene de un solo uso. Tambíen analizamos el coste económico que implican los distintos materiales.

En las aulas, a partir de 4º de primaria, de la misma forma que existen cajas de rotuladores o botes con pinceles en los muebles de forma bien visible, también tenemos una caja con compresas, con la intención de dar normalidad a la situación, de forma que todas las personas, independientemente de si menstrúan o no, puedan cogerlas de forma responsable, ya sea para su propio uso o bien por curiosidad y conocer mejor el material. 

Todo esto comentado anteriormente, hace que el alumnado crezca tratando con total normalidad la menstruación, evitando que sea un tabú, donde las niñas no tienen que esconder las compresas para ir al baño; donde el alumnado que no menstrúa forma parte de ese proceso que se visibiliza día a día en el aula.

A pesar de no haber investigado sobre el tema, creo que el hecho de llegar a regular el precio de las mascarillas y en cambio el de los productos de higiene menstrual no, influyen dos motivos. El primero, es que se sabía que la compra de mascarillas por toda la población sería algo temporal, durante un tiempo limitado. Sea uno, dos o tres años. Además durante un momento de miedo generalizado con mucha presión social.

En cambio, en los productos de higiene femenina, falta la sensibilización de prácticamente el 50% de la población, por lo tanto no hay esa presión social ni tampoco se ha vivido ese miedo colectivo durante los peores momentos de la pandemia.

Habrá que seguir sensibilizando, visibilizando y haciendo mucho ruido para poder llegar a conseguir esa regulación necesaria en el precio.




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